FUENTE: LA VANGUARDIA
«América Latina entre la reforma y la revolución» (Síntesis, 2020) el nuevo libro de Marta Bonaudo, Diego Mauro y Silvia Simonassi navega entre el registro de la divulgación y el rigor académico con grandes resultados. Sobre este trabajo, conversamos con uno de sus autores.
La editorial española Síntesis ha publicado una nueva historia de América Latina, una obra que intenta combinar el rigor del quehacer académico con un registro que apunte a un público amplio. A cargo de esa nada sencilla tarea estuvieron Marta Bonaudo, Silvia Simonassi y Diego Mauro (docentes e investigadores/as de la Universidad de Rosario y el ISHIR), quienes dispusieron de todo su herramental profesional para confeccionar una obra accesible y, al mismo tiempo, lo más exhaustiva posible. Una historia de más de dos siglos, configurada por realidades nacionales multiformes y heterogéneas, pero articulada por ciertos elementos comunes que nos permiten seguir pensando a América Latina como una unidad. Constituía de pluralidades, pero unidad al fin.
Esta empresa no es original, ha habido y seguirá habiendo libros que intenten presentar esta historia subcontinental, pero cada nuevo intento presenta una impronta diferente. Con eje en los conceptos de «reforma» y «revolución», este libro recorre en menos de trescientas páginas la historia latinoamericana, alternando interpretaciones generales con algunos ejemplos nacionales, lo político con lo económico y lo social. Sobre este nuevo libro, los desafíos que representó y, finalmente, el recuerdo de Marta Bonaudo, quien falleció poco tiempo después de la publicación, conversamos con Diego Mauro.
América Latina entre la reforma y la revolución se propone realizar un recorrido amplio y, al mismo tiempo, sintético de la historia latinoamericana: ¿Cuáles fueron los principales desafíos de esta empresa? ¿Qué objetivos se propusieron y qué dificultades encontraron?
En un primer momento, por lo menos a mí, la tarea me pareció imposible. Un desafío más allá de mis posibilidades. Recuerdo que en esos momentos, mi primera reacción fue declinar el ofrecimiento. No quería saber nada. Fue la insistencia de Marta [Bonaudo] la que finalmente me hizo cambiar de opinión. Después, poco a poco, entre los tres fuimos fijando algunos ejes a partir de los cuales pensar esa larga historia de reformas y revoluciones que están en el corazón de la historia latinoamericana. A medida que esas coordenadas se fueron haciendo más claras me fui tranquilizando un poco y finalmente amigando con la idea.
«Uno de los objetivos que nos trazamos fue escribir un texto actualizado: ninguno se propuso inventar nada ni volver a «descubrir» la pólvora, sino buscar construir una síntesis honesta y rigurosa a partir de todo lo que se había venido investigando en los últimos treinta años».
Diego Mauro
Una de las cuestiones claves sigue siendo la pregunta por cómo pensar América Latina como una unidad problemática, heterogénea y diversa, pero unidad al fin: ¿Cuáles son los elementos que permiten pensar esta historia en conjunto? ¿Cómo se articulan los casos nacionales en esa reconstrucción?
Lo que preguntás creo que da justo en el clavo porque fue uno de los principales desafíos y uno de los aspectos que más debatimos. ¿Cómo lograr pensar América Latina en sus tendencias políticas generales sin desdibujar las diferencias y las particularidades de cada caso nacional o regional? Le dimos muchas vueltas al asunto. Mucho mate y mucho café de por medio. No sé si lo logramos. Lo que intentamos, eso sí, fue no perder de vista las preguntas de la historia social clásica: algo en lo que los tres estuvimos de acuerdo desde el comienzo. Si bien el libro analiza procesos políticos se propone también pensar los trazos gruesos de la historia socioeconómica, en parte, porque, desde ese lugar, se hace evidente que, más allá de las diferencias, América Latina enfrentó desafíos comunes. El libro de hecho periodiza con un ojo en la política y el otro en la economía. Te doy un ejemplo: en el capítulo IV cuando se analizan las reformas sociales que ponen en marcha diferentes coaliciones partidarias y movimientos populares, desde el cardenismo en México hasta el peronismo en Argentina, pasando por el Frente Popular en Chile o el varguismo en Brasil, prestamos mucha atención a la economía, en especial al impacto de la crisis de 1930 y sus consecuencias en las diferentes estructuras productivas, más o menos diversificadas según los casos.
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Reseña de Fernando Manuel Suárez