Se publica una exhaustiva reseña del libro Edad Media y medievalismo de José María Monsalvo Antón en la revista “Cuadernos de estudios gallegos (CSIC)” por Miguel García-Fernández (Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento. CSIC-Xunta de Galicia)
Aquí os dejamos un extracto:
Quienes nos dedicamos a la investigación no solo hemos de conocer bien nuestro objeto de estudio –como medievalistas pensemos en uno un tanto genérico como es la “Edad Media” y todo lo que se comprende dentro de esta larga etapa histórica, fijada convencionalmente entre los siglos V-XV, más o menos–, sino que también debemos reflexionar sobre la propia “disciplina” que practicamos –en este caso el medievalismo, entendido, desde mi punto de vista, con la amplitud de miras que nos llevaría a considerar como tal cualquier estudio sobre la Edad Media abordado con rigor–: sus fuentes, métodos, temas, logros, problemas… De hecho, esta última actividad se convierte en una necesidad imperiosa si queremos ser realmente conscientes de los avances conseguidos, de las líneas temáticas y metodológicas que gozan de mayor vitalidad en cada momento frente a las que se encuentran agotadas, superadas o defenestradas, sin olvidar los interrogantes que permanecen y que han de ser resueltos mediante un deseable reforzamiento de la investigación en los ámbitos en los que se detectan esos vacíos. Todo ello ayuda a (re)pensar la disciplina para tratar de avanzar en su desarrollo, consolidación y vitalidad.
En este sentido, el medievalista–historiador (más tarde me referiré al porqué de esta “etiqueta”) José María Monsalvo Antón acaba de publicar una obra en la que nos ofrece una serie de reflexiones de gran interés sobre todas estas cuestiones: desde la Edad Media como concepto, como etapa histórica y como imaginario construido y cambiante en los tiempos post-medievales, hasta las fuentes disponibles para su estudio, sin olvidar, por supuesto, la práctica del medievalismo-historiográfico profesional, al que se presta especial atención, interesándose por sus cambios diacrónicos desde su cristalización y profesionalización a lo largo del siglo XIX y a comienzos del siglo XX hasta las más recientes aportaciones de una historiografía sobre la Edad Media en continuo cambio y desarrollo, y que en la última década sigue gozando de gran vitalidad.
Estos aspectos que se acaban de referir conforman las tres partes en las que se estructura esta obra: “La Edad Media. Imagen y realidad” (págs. 17-88), “Las fuentes medievales en su contexto histórico” (págs. 89-170) y “El medievalimo profesional, del siglo XX a nuestros días” (págs. 171-323). Antecede al estudio propiamente dicho una introducción (págs. 9-15), también tripartita, en la que se aclara el propósito del libro, se reflexiona sobre la historia y su relación con algunas disciplinas consideradas como “auxiliares” de la misma y que le “aportan transversalidad”, para finalmente ofrecer una aproximación al concepto geográfico y temporal de la Edad Media. A continuación, la primera parte se adentra en el “mito” de la Edad Media, abordando las diferentes imágenes que han cristalizado en torno a la misma desde su invención en el marco del Humanismo hasta un siglo XXI en el que la literatura, el cine, la televisión o los videojuegos han contribuido enormemente a conformar una amplia gama de imágenes diversas –a veces fuertemente contradictorias– sobre la Edad Media y lo medieval.
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