Reseña de «La culpa en la mujer» de Piedad Ruiz Castillo

Reseña de «La culpa en la mujer» de Piedad Ruiz Castillo

Por: Sonia Fernández Fernández. Psicoterapeuta.

Octubre 2021

Mi primera reflexión en torno a “La culpa en la mujer” de Piedad Ruiz no deriva de su lectura sino del título del libro mismo. Cuando compartí su publicación fueron muchas las mujeres de mi entorno, incluidas mis pacientes, que se interesaron por él. Lo considero una prueba de que el asunto de la culpa interpela a la mujer.

Leer a Piedad Ruiz, igual que asistir a sus seminarios, nos ahorra la farragosa cuestión de las interpretaciones psicoanalíticas, sin privarnos de la profundidad de su pensamiento clínico, que nos acerca a la complejidad que siempre entraña el encuentro con alguien que encierra un misterio. Una profundidad que seguro bebe del psicoanálisis, pero que me atrevo a decir que no sólo.

Este texto se propone como un desarrollo de las reflexiones que Ruiz publicara en 2006 en su libro El maltrato a la mujer. De la lectura de ambos, a día de hoy, se puede percibir el compromiso de la autora con la reflexión sobre el maltrato a la mujer, que incorpora ahora los nuevos fenómenos sociales, como, por ejemplo, el de “la manada” o el llamativo incremento del uso de la pornografía desde la preadolescencia. También destaca su infatigable espíritu crítico, que le ha llevado en este tiempo a no parar de formular(se) preguntas.

Como decía al inicio, la mujer se quiere preguntar por la cuestión de la culpa. De eso no hay duda y, sin embargo, quizá no hemos dispuesto de un marco claro desde el que reflexionar dentro del ámbito clínico. No el jurídico, ni el sociológico o el neurobiológico, ni el puramente de análisis de conductas. Por supuesto, tampoco me refiero al ideológico. Hablo específicamente de un marco que nos oriente en el espacio de una clínica del sujeto. A cubrir, al menos en parte, ese déficit viene este libro de Piedad Ruiz.

Piedad Ruiz Castillo

Considero que el libro aborda muchas cuestiones fundamentales para el trabajo con mujeres que han sufrido experiencias de maltrato, mas destaco dos aspectos que a mi parecer introducen algo nuevo en las publicaciones dedicadas al tema: la determinación sintomática y la distinción entre culpa superyoica y culpa subjetiva. En 1997 la terapeuta familiar Sara Cobb escribió un valiente artículo sobre la importancia de poder escuchar las diferentes voces de la mujer que ha sido maltratada. Escuchar su condición de víctima, pero también de mujer con una vida, unas relaciones y una sensibilidad particular ante ellas. Entiendo que Piedad Ruiz nos ofrece una propuesta concreta sobre ello al indicar que hay algo que la mujer tiene que poder elaborar.

“Nadie está interesado en la verdad”, escribió Juan José Millás y recoge la autora en este libro, a propósito del caso Nevenka. Ninguna novedad. Es probable que sigamos sin querer saber, porque hacerlo nos obliga a cuestionarnos no sólo socialmente sino subjetivamente. La verdad, sea lo que sea la verdad, es una experiencia sobre todo íntima. Despejar su verdad es la gran posibilidad de un sujeto. La verdad sólo lo es en la soledad de nuestro dolor. Y ese es el territorio de la clínica. Intentemos que nuestra práctica no sea un obstáculo en asunto tan delicado. “La culpa en la mujer” nos ayuda en este propósito.


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