Los espectáculos romanos desde siempre nos han despertado una gran curiosidad. Pocos niños no saben qué es un gladiador y los adultos disfrutamos como los antiguos romanos de un buen péplum con una carrera de cuadrigas o de una lucha en la arena contra un tigre. Sin embargo, pocos son aquellos que conocen la verdad sobre los espectáculos romanos y las dificultades para estudiarlos; la realidad es mucho más interesante que la ficción novelada.
