El patrimonio cultural es un área muy sensible de la sociedad occidental, una en la que depositamos, como colectivo humano, conceptos como la memoria, la pertenencia e incluso la identidad colectiva, pero también valores más abstractos como la belleza y la libertad de expresión. Para conservar estas ideas complejas, y otras muchas, es necesario preservarlo y hacerlo, además, adecuadamente, siguiendo unas normas y metodologías que parecen científicas. Pero nos tenemos que preguntar de dónde provienen y si son objetivas y justas. Si es realmente un campo científico, entonces debería poder analizarse mediante la epistemología del patrimonio.
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