FUENTE: DIARIO.ES
Por @patriciageaa
Extracto
Publica junto a la psiquiatra Ibone Olza el libro ‘Psicología del embarazo’, una guía que reclama “contextualizar” el embarazo como una etapa en la que entran en juego la salud emocional de las mujeres, y su entorno familiar, social, sanitario y económico.
Entender el embarazo más allá del cuerpo y los cambios físicos, estudiar también la salud emocional y mental de las madres, recuperar los ritmos que necesitan los procesos naturales, acercarnos, en otros términos y desde otra mirada, a la ‘Psicología del embarazo’ (Editorial Síntesis) es lo que proponen en su último libro Patricia Fernández, psicóloga y terapeuta familiar en los servicios públicos de Asturias, Ibone Olza, psiquiatra, y Susanna Carmona, psicóloga clínica y doctora en Neurociencias. En colaboración con otras expertas del sector han publicado una guía dirigida a profesionales pero que aporta luz sobre una parcela semioculta hasta ahora de la maternidad: cómo es el proceso psíquico de una mujer embarazada.
Se podría sacar en conclusión que existen tantos procesos psíquicos como mujeres y embarazos, pero que aun poseyendo cada uno sus particularidades se extrae un denominador común. El embarazo siempre es una crisis del desarrollo y de la identidad. “Las psicólogas y antropólogas clásicas llamaban a esta etapa ‘matrescencia’, en un paralelismo con la crisis que todos sufrimos en la adolescencia”, nos cuenta Patricia Fernández en la entrevista con elDiario.es. Hoy sabemos mucho más. Libros como ‘Psicología del embarazo’ dotan a ese período de nuevas connotaciones, abren el camino a nuevos términos y debaten y proponen vías para que el cuidado emocional a las madres sea un recurso de acceso público.
Dicen en el libro que “el modo de concebir, gestar y crear es un reflejo de una ideología latente que forma parte de nuestra cultura”. ¿Qué dice de nuestra cultura y nuestra sociedad la forma en la que tratamos a las embarazadas y en general la maternidad?
Nos recuerda que la nuestra es una cultura cortoplacista, que está muy centrada en el producto y muy poco ubicada en el valor de los procesos, los tiempos, los ritmos y que honra poco la labor de los cuidados y la labor de dar vida. Diría también que es una sociedad que dedica poco tiempo a contemplar y a ponerse en el lugar del bebé, y el lugar del bebé es indisoluble del lugar de la madre en la etapa perinatal, se necesitan y se retroalimentan. Nuestra sociedad no está sentando bien los cimientos de la generación del mañana, que se sustenta en las madres de hoy, a las que no estamos dando voz.
¿Sigue atravesada por la mirada patriarcal la imagen que hay del embarazo y la maternidad en el imaginario colectivo?
Por supuesto. Toda la sociedad está atravesada por la mirada patriarcal y las embarazadas también. De esto hablamos en el libro cuando mencionamos el modelo ecosistémico, que además de atender y entender al individuo en desarrollo, el bebé, también hace hincapié en la madre porque ella también evoluciona a raíz de la experiencia de embarazarse. Desde el modelo ecosistémico que proponemos, el individuo crece y se construye en un conjunto de sistemas que lo envuelven y que van a influir en su proceso de crecimiento: la familia, el entorno laboral, el sanitario, y también la cultura patriarcal, que impacta en sentido amplio en el bebé a través de su madre y su familia.
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