La diplomacia es la actividad política internacional por excelencia, ejercida mediante un cuerpo profesional y burocratizado de reconocimiento universal.
Las cinco funciones clásicas de la diplomacia están en cada acto o decisión global: la representación, la protección de intereses, la negociación, la recogida de información y el fomento de las relaciones amistosas. Junto a las normas y las convenciones, la diplomacia se rige por principios y fundamentos éticos que permiten la convivencia entre sistemas y regímenes políticos adversarios. La diplomacia es la respuesta humana a la conducción y la gestión de los asuntos internacionales conforme a un ideario político.
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